¡Ándele! Por buena onda
Iñaki, mi hijo de cinco años de edad estaba comiendo papas adobadas y con todos, todos los dedos llenos de chilito, le dice a Katia, chúpale.
-No qué. Fue la respuesta de ella e Iñaki nomás se quedó con la mano extendida. Sentí feo y le dije que yo se los chupaba.
Guátafoc!
Pura pinche mugre comí.
Eso me pasa por andar de papá buena onda.
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