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Guansaponatáin

Barruntar

Barruntar

Mi mamá me decía que dejara de barruntar sin sentido, no entendía porqué. Dice que hablo mucho y la desespero, que debería callarme y sobre todo, dejar de sacar conjeturas. Me dolió mucho que me lo dijera, y aunque no ubico al animal que barrunta, estoy muy sentida con ella. ¿Serán los becerros o los burros? ¿Las vacas? Estoy segura que es algún animalito de esos de granja. Creo que cuando te dicen eso es porque la gente piensa que lo único que sale de tu boca son sandeces. ¡Estoy enojada con mi mamá!

Tengo cinco años y quiero saber qué es el mundo, por eso no me callo, por eso hablo y hablo y digo lo que pienso, y si nadie me explica, pues yo le pongo su propia verdad a las cosas.

Por ejemplo, la otra noche, mientras dormía, de pronto me despertó una sensación extraña, de miedo, yo no sabía porqué, y le grité a mi papá, él llegó casi luego luego y me sacó del enredijo que hice con mis colchas, era un taco gigante y tuvo que rodarme para sacarme de ahí. Había despertado alterada, tenía miedo y no sabía qué pasaba. Me dijo tocándose con el dedo un oído, escucha, está lloviendo, tu inconsciente de seguro te mandó señales y presentiste peligro, por eso fabricaste monstruos en tu cabeza. Sí, le dije, monstruos, que me gritaban con sus vocesotas y me perseguían, pero no creo que sean sólo sueños, para mí son algo más.

Un día mi mamá aprendió a creerme y yo a conocerme. Antes creía que era mi imaginación, tal y como me lo ha explicado mi papá, pero no es eso, es algo más profundo que me dice, aquí pasa algo: siento de pronto que va a llegar alguien y sí, llega uno de mis tíos, o de repente me quedo quieta, esperando no sé qué, y pasa algo; el otro día iba caminando con mi mamá al kinder y me detuve, por algo, por algo; la jalé y la detuve, entonces volteó a verme fastidiada porque tenía prisa y me jaló de nuevo, no me moví, la detuve, nomás la miré con miedo de algo, pero no sabía qué era ese algo, y cuando me iba a jalar con más fuerza, un coche se subió a la banqueta y se estrello en la pared de la casa por la que iríamos pasando. Después de la impresión me miró sorprendida, como tratando de ver dentro de mí y me preguntó que si sabía lo que iba a pasar, yo le dije que no, pero que sí lo sentía. La miré y tuve una sensación fea porque parecía más pequeña que yo, parecía necesitar un abrazo, lo hice y aproveché el momento para preguntarle lo que significaban sus palabras del otro día, cuando me dijo que dejara de barruntar -¿Qué animal barrunta, mami?

Me miró y después de un momento de recuerdos y reflexión, se sonrió y me dijo, barruntar no es un insulto, hija, barruntar es lo que acabas de hacer ahorita. Y me dio un beso.

Barruntar: prever, conjeturar o presentir por alguna señal o indicio.

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