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Guansaponatáin

El show debe continuar

El show debe continuar

Voy a transcribir un fragmento del libro "La Virgen de los sicarios", de Fernando Vallejo, que me parece muy adecuado como dedicatoria a toda esa gente que le encanta la nota roja de los periódicos.

..."!Cuidado! ¡Fernando!" alcanzó a gritarme Alexis en el momento en el que los de la moto disparaban. Fue lo último que dijo... Cuando mi niño cayo en la acera me seguía mirando desde su abismo insondable con los ojos abiertos. Traté de cerrárselos pero los párpados se volvían a abrir...

Ojos verdes, incomparables los de mi niño, de un verde milagroso que no igualarán jamás ni siquiera las más puras esmeraldas de Colombia, esas que se llaman "gotas de aceite". Pero los muertos muertos somos y en esencia todos iguales, de ojos negros, cafés o azules, y el corrillo empezaba a cercarnos: con sus rumores, sus murmullos, su tumulto, con su infamia. Entonces entendí lo que tenía que hacer: llevármelo, substraerlo de la curiosidad infame pretendiendo que estaba herido antes de que nadie dijera que estaba muerto. Para privarlos del espectáculo del levantamiento del cadáver que es el que nos toca dar a los que morimos en la vía pública, y que tan íntimo gozo les produce a los que creen que siguen vivos porque están de pie arremolinados, con su vileza en torno."

Y hasta aquí llegamos con Vallejo, pero no conmigo. Es humillante como especie, para mí, ver como la gente se alimenta del sufrimiento ajeno, que algún día podría convertirse en el dolor propio. A algunos de nosotros, no lo sabemos, tal vez nos toque algún día ser el personaje principal de la primera plana, y una forma de evitarlo es dejar de alimentarnos del dolor de otras familias, porque de una en una, en cada nueva impresión del periódico, se va acumulando el sufrimiento de muchos hijos, sobrinos, padres o hermanos... Su dolor no lo podemos evitar, pero sí la exposición ignorando estas publicaciones sensacionalistas.

Que horrible modalidad de fama, dónde eres el arlequín del momento por veinte segundos en lo que el morboso mira tu rostro desfigurado, tus intestinos regados, tus ojos muertos y plagados del último momento de terror que viviste, tu lengua de fuera, y después, riéndose de tu cuerpo mutilado continúa su vida normal, para mañana él mismo ser el payaso decrépito de la "primera plana".

Suponiendo: ¿Me gustaría saber si el día que la familia de Vázquez Raña muera masacrada (es un ejemplo) va a permitir que se publiquen las fotos de sus sobrinitos en "La Prensa"? Digo, igual y lo que le importa es vender. Como por ahí dicen en el mundo de la artisteada: El show debe continuar.

¡Y por piedad! ¿Quién es el imbécil de "El Gráfico" que se cree muy telentoso y creativo escribiendo encabezados burlándose de la situación del cadáver, y por consiguiente de sus deudos?

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